Energía positiva. Lo que das es lo que recibes

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El 93% de la comunicación es NO verbal. O como me dijo una chica una vez: la cara es el reflejo del alma. Todo lo que hay en tu corazón y tu mente. Tus pensamientos y creencias, todo lo que sientes por dentro, se transmite automáticamente hacia fuera.

Si estás seguro de ti mismo, si amas profundamente a las mujeres, si tienes amor propio, si te sientes bien contigo, si te crees valioso, si te ves atractivo, si te diviertes, si estás feliz, si te acaba de tocar la lotería, si eres positivo y divertido… todo tu estado interno y tu energía se irradia hacia fuera. Todo se subcomunica sutilmente aunque no te des cuenta.

Ajústate y céntrate en llenarte por dentro de positivismo y felicidad y amor, porque todo eso hará que tengas un atractivo magnético, un aura, una presencia hipnótica…

Lo que das, es lo que recibes.

La mayoría de la gente cuando conoce a alguien es fría, distante. Muchos chicos juegan sobre seguro y esperan una luz verde de la chica, en el fondo es falta de coraje. Las mujeres prefieren a los hombes atrevidos y que lideran. Si transmites unas vibraciones muy alegres, totalmente inmerso y simpático, cálido, acogedor y amistoso, energía positiva, ya te habrás diferenciado del resto.

Por desgracia los desconocidos actúan asustados, dudosos, evasivos y sin mostrarse. Cuando te enfocas en una mujer debería ser como si el sol brillara sólo para ella. Cuando te marchas debería ser como si ella se quedara en la fría y negra oscuridad.

Una mujer atractiva no es la única que merece tu atención. Ser un hombre atractivo significa que te gusta y aceptas a otras personas. Recibe a la gente con simpatía y calor. Toca, abraza y aprecia a las personas, porque eres una persona segura y amistosa, y no actúas de ese modo sólo con ella.

Tengo un amigo que el día que lo conocí fue inmediatamente caluroso y simpático conmigo. Rápidamente él tomó mucha confianza, como si fuéramos los mejores amigos. Al principio me extrañó, pero siempre me sentía muy cómodo y en confianza con él. Pronto me di cuenta de que era igual con toda la gente: abrazos, bromas, risas. Se notaba que era un tío divertido y agradable estar a su lado. Siempre era él mismo, disfrutando, auténtico. Un día le pregunté cuál era su secreto para ser siempre tan sonriente y cariñoso con todos. Y él dijo:

Él: Sólo es una elección. Cada mañana puedo decidir estar triste o estar alegre. Con todo el mundo intento ser cálido y acogedor.

Yo: ¿Y cómo haces para estar siempre alegre?

Él: Muchas veces tengo mal carácter, pero me lo trago. Cuesta esfuerzo y entrenarse. Pero no voy a pagar con la gente que no tiene nada que ver mis enfados. Cuando no estoy alegre por dentro, igualmente pongo una sonrisa, saco lo mejor de mí, y sigo estando alegre por fuera.

Cuando he salido a divertirme yo, a conocer gente y reírme con ellos, a vacilar con las chicas, a tomarles el pelo de forma graciosa… sin intentar controlar las cosas, sin importarme los resultados, es cuando mejor me lo he pasado. Disfrutando el momento y mi felicidad puesta en cada minuto, en cada sonrisa.

Voy a contar una historia personal del poder de tener una energía positiva, transmitir una vibración cálida y acogedora. Hay momentos que estoy más extrovertido y otros en los que se me va. Una noche tenía una fiesta y quería causar buena impresión. Tenía que sociabilizarme.

Cuando estaba en la ducha decidí que esa noche no iba a ir a ligar con chicas. Quería ser el más agradable, cálido y simpático, y ser muy amistoso conociendo gente. Esa noche iba a salir simplemente con una gran sonrisa, y con mucha emoción y entusiasmo por que todo el mundo lo pasara bien, se sintieran felices a mi lado y quería hacer que todo el mundo se divirtiera al máximo.

Esa noche yo radiaba, mi energía desbordaba por todo lo alto. Estaba encantador, carismático y cariñoso con todo el mundo, daba abrazos, hacía bromas con todos, conocí a un montón de gente, me interesaba por cada persona, con curiosidad verdadera por descubrir su belleza y su interior, disfrutaba al máximo cada interacción como si fuera el mayor tesoro que pudiera acumular en la vida, apreciaba sinceramente a la gente, les decía a la gente lo que sentía-que les quería y luego me marchaba por la fiesta. Decía mi verdad. Era auténtico con todos, les daba mucho de mí y quería sacar lo mejor de ellos, cada persona era especial y bella. Pasábamos un gran rato, cuando estábamos juntos brillaba el Sol. Lo que das, lo recibes.

«Sé más tú mismo, para que otros puedan
ser más ellos mismos» – James Bond

Quería conectar auténticamente con la gente, quería conocer la chica auténtica que había detrás de cada mujer, sus sueños, su pasión, sus secretos, con enorme curiosidad por descubrir la belleza interna y única de cada una, divirtiéndonos, con risas…

Es curioso ver que mi mentalidad, mi creencia esa noche era: «cada persona de aquí me fascina, todos son muy amables, sonrientes, encantadores, simpáticos y divertidos. Me entusiasma estar con la gente, tengo curiosidad por conocer el mundo interior y la belleza única de cada uno, por descubrir miles de cosas…» y ESO que yo «veía» en los demás fue justo lo que encontré en cada persona esa noche.

Como dice mi amigo Chuloplaya, «no vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos».

Los resultados fueron sorprendentes. Y muy iluminadores, me dieron una nueva perspectiva. La gente de la fiesta me quería un montón. Yo pensaba que les gustaba por ser simpático y divertido. Realmente a la mayoría de la gente le gustaba por aceptarles y quererles por como eran, por creer en su belleza y hacerles creer, y por conectar auténticamente con ellos.

Crear respuestas positivas en la gente depende de una rápida decisión basada en tu actitud alegre y apasionada. En tu energía positiva que brilla y se contagia. En tu autenticidad, tu entusiasmo, la emoción y la vibración inicial que transmites. Tu buen rollo y tu vibra es totalmente magnética, un imán muy poderoso. Esta es una clave para las aperturas y para ser atractivo, en general.

Es increíble el poder que tiene nuestra realidad. La realidad que cada uno lleva por dentro. Y tú puedes crearla. Elige belleza y arte, elige amor y pasión, elige ser auténtico y tú mismo, elige ser abierto y sincero, elige amar y compartir experiencias. O elige ser manipulador, temer, usar máscaras, trucos, aprovecharte y jugar con ellas. Eso que tengas dentro será lo que emanes hacia fuera, y lo que transmitas será lo que recibas. Atraerás lo mismo que das, como un imán. El mundo normalmente funciona así, como un espejo.

«Un hombre que ama a las mujeres es amado por las mujeres.» – Zan Perrion

El primer minuto

Tengo una teoría, que no la tengo comprobada, pero bastantes veces he visto que ha funcionado. Muchas chicas decidirán si eres un hombre atractivo, divertido, interesante, sexy… y si quieren tener algo contigo o no, en el primer minuto de conocerte. La primera impresión. Hay una frase que me gusta mucho: «No tienes una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión.» Empieza siendo 100% auténtico, dando lo mejor de ti, siendo sexy desde el primer segundo. Di tu verdad siempre.

Y mucho tendrá que ver con tu perspectiva de la vida, tu pasión, tu alegría y lo que subcomunicas. Por eso, realmente no empiezas a seducir cuando te acercas a esa chica, sino desde que te levantas por la mañana…

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